miércoles, 26 de octubre de 2011

La Opinión de la Semana

Bogotá D.C., 19 de octubre de 2011


Doctor
JUAN MANUEL SANTOS CALDERÓN
Presidente de la República
La ciudad


Señor Presidente:

Interpreto el sentimiento de los Generales y Almirantes de la Reserva Activa de la República de Colombia, para manifestarle nuestra frustración por la intención de retiro del Proyecto que ratifica el Fuero militar, consagrado en el Artículo 221 de la Constitución Política de Colombia, como parte de la Reforma a la Justicia.

Estábamos fervorosamente complacidos con la leal, conveniente y bienintencionada actuación del Ministro de la Defensa Nacional, doctor Juan Carlos Pinzón Bueno, quien con visión estratégica de los altos intereses del Estado, del rol primordial de las Fuerzas Militares, y con sentido de responsabilidad, espíritu patrio y preocupación por el bienestar y moral de la Fuerza Pública, incluyó el tema del Fuero en el texto del proyecto de la Reforma Judicial aludida.

Tenemos el convencimiento, que usted señor presidente Santos Calderón, habrá reflexionado sobre el grave daño que le causó el Ministro de la Defensa Nacional, Camilo Ospina, a las Fuerzas Militares, a la Seguridad Democrática y a Colombia, con la signatura del injustificable y absurdo acto administrativo, violatorio de la Carta Magna, que hiciera con el Fiscal General de la República de ese momento, Mario Iguarán Arana, concertación ratificada por la Directiva N° 19 de noviembre de 2007, en la cual se amenaza con sanciones para los funcionarios que no den cumplimiento a dicho compromiso.

Una vez más se pretende dar la espalda a nuestras Fuerzas Militares, se las deja solas, en total indefensión en el estado de guerra que, como usted mismo lo ha reconocido, afronta la Nación, requiriéndose que el Comandante Supremo de las mismas, que es el Presidente de la República, asuma su defensión.

No existe en el Mundo un ejército fuerte sin un Fuero militar, y mucho menos afrontando la amenaza de dos enemigos, el terrorismo y el narcotráfico, como el que enrostra la Fuerza Pública de Colombia.

Nuestras valerosas y sacrificadas Fuerzas Militares están cediendo la iniciativa en el combate, no por falta de coraje, pues su valor ha sido puesto a prueba en múltiples ocasiones y escenarios; es que nadie está dispuesto a arriesgar su vida, a sacrificar su patrimonio y el de su familia, cuando después de un combate contra los grupos narcoterroristas, si es que conserva su vida, debe enfrentarse en un estrado judicial a las infamias y falacias de testigos falsos o venales, y someterse a las acusaciones y juicios de fiscales y jueces, unos bienintencionados pero carentes del conocimiento y la preparación requeridas para entender, investigar y juzgar las operaciones militares, y algunos otros, infiltrados por la ultraizquierda o presionados por organismos nacionales e internacionales de la misma tendencia, con claros móviles políticos y económicos, que nos hacen víctimas de su ruin proceder.

No hay otra forma de recuperar la moral de combate, la iniciativa y la voluntad de lucha de nuestras Fuerzas Militares, definitiva en estos aciagos momentos de la situación Nacional, para lograr la esquiva y ansiada paz de nuestro pueblo y evitar que el narcoterrorismo se reorganice y recupere el espacio que la Fuerza Pública le ha arrebatado a costa de su sacrificio y del de las vidas de muchos de sus hombres, que la de la convalidación del Fuero militar consignado en nuestra Constitución Política.

No entendemos cómo el Gobierno demanda y exige de su Fuerza Pública sacrificios, esfuerzos y privaciones, y hasta el riesgo de sus propias vidas para neutralizar el accionar criminal de los grupos armados, si cuando debiera, por responsabilidad y obligación moral y jerárquica, enfrentar la batalla jurídica y política que las organizaciones de extrema izquierda plantean contra los militares, le da la espalda a sus tropas, las abandona y por el contrario negocia sus garantías y derechos, como acaeció recientemente con el representante de una ONG internacional, quien en una rueda de prensa desde la Casa de Nariño anunció su satisfacción por la promesa que le hiciera el Presidente, que la justicia ordinaria juzgaría y condenaría a los Militares.

En ningún momento hemos pretendido la impunidad, ésa ha sido la premisa falaz que han empleado como bandera organizaciones, medios de comunicación y personajes proclives a los grupos terroristas o a ideologías de extrema izquierda. Al contrario, reclamamos justicia imparcial en un marco especializado que posea la formación pertinente requerida.

Los terroristas solapados y ex miembros de grupos terroristas, que ahora hasta gozan de estatus como el de asesores del Gobierno, están creando en el imaginario de la opinión pública un cuadro distorsionado de lo que realmente representa el Fuero Militar, pretenden que se perciba como un privilegio o una prerrogativa que persigue la exención de los militares.

Los miembros del Cuerpo de Generales y Almirantes de la Reserva Activa demandamos el respeto a una garantía constitucional, como lo es el Fuero Militar, establecida por el Estado para aquellos miembros, que en defensa de éste, desarrollan una actividad especial y del más alto riesgo.

Fuimos partícipes del proceso histórico de Colombia, poseemos la experiencia, madurez y el conocimiento de las estrategias políticas y del mecanismo del Congreso de la República, que nos permiten vislumbrar, que si el Gobierno retira en este momento el proyecto de fortalecimiento del Fuero Militar, con el sofisma de que posteriormente se hará un análisis particular detallado y ampliado del mismo, tendríamos que esperar la próxima legislatura para iniciar nuevamente el trámite establecido para las leyes y actos legislativos, lo cual incrementaría la desmoralización y generaría en las Fuerzas Militares desilusión y pérdida  de confianza en su Comandante Supremo: el Presidente de la República.

Señor Presidente, tenga la certeza, que no obstante la voluntad, el esfuerzo y sacrificio del Ministro de la Defensa y los distinguidos Generales y Almirantes que conforman esa Cúpula Militar de lujo que usted y el mismo Ministro de la Defensa Nacional, Juan Carlos Pinzón Bueno, recientemente designaron, no logrará recuperar la iniciativa en el combate de nuestras Fuerzas Militares, pues mientras no les garantice un Fuero militar adecuado a la situación que vive la Nación y un debido proceso en sus investigaciones, la Seguridad Democrática se irá diluyendo en el pasado y el actuar de los narcoterroristas será cada vez más sangriento.

Así como el Gobierno ha requerido vehementemente al Congreso de la República que le otorgue el “marco jurídico para hacer la paz¨, también las Fuerzas Militares requieren del marco jurídico para hacer la guerra que plantea la amenaza terrorista.

Atentamente,

firma gr
General HÉCTOR FABIO VELASCO CHÁVEZ
Presidente

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